
Ayer vino una tormenta que no puso el cielo gris, lo llenó de mil colores, imposible describir.
Y ahora escribo mis poesías en papeles de color para quedarme con un poquito antes que se ponga el sol.
Besar tu boca, hundirme entre tu cuerpo,
lamer tus nalgas, morder tu cuello, perderme en tus cabellos,
volar unid@s, siempre perdid@s y tocar el cielo azul,
que tus latidos y mis latidos se confundan en el mismo;
para luego despertar entre vahos y sudores; descubrir la realidad, que te oculta mil sabores.
Y volverá ese pesar/penar de sentir que no estás vivo, antes que la realidad prefiero dormir contigo.
Pero así como llegó de igual modo se marchó, no avisó cuando venía ni avisó cuando partió.
Y ahora ya solo me quedo como antes de empezar, con el único recuerdo esta canción sin terminar.
Besar tu boca...
Y la lluvia robó sonrisas, abrazos, besos, guiños, caricias, palabras,
roces improvisados, silencios rotos y alguna mentira, risas y llantos,
buenos momentos, fuerza, cansancio y más deseo, locuras cuerdas,
cuerdas locuras y algún enfado que ya no recuerdo.
Yo ya no recuerdo.
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